Rocío Cañero (Madrid, 1981) es ilustradora y actualmente vive y trabaja en Madrid. Su estilo ácido, narrativo y sarcástico construye personajes y escenarios que extrae a partir de la realidad que le rodea, macerándolo con dosis de su subconsciente. Encuentra en la imperfección y la naturalidad una declaración de intenciones y modo de vida que se […]
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No Diggity es el título de la propuesta de Nano 4814 para Frágil. Una instalación para un sitio específico -una vitrina- al que se adapta ejecutando una reflexión escultórica con la que despliega su iconografía distintiva con pasos cada vez más seguros.
De nuevo Nano se propone desde el título urdir una treta alborozada. Una trampa a la picaresca que juega sin vergüenza a desmontar seduciendo, y que a las buenas, genera el delito de trastocarnos, manoseando las propias ambigüedades de una cotidianeidad que compartimos. De su formación en las prácticas de arte público y callejero recoge la adecuación al soporte dado o encontrado, el carácter de site-specific, lo efímero o el uso de cierto tipo de utensilios. Todo ello es por él combinado con una actitud bien apañada del “háztelo tu mismo”. La pieza conseguida no se cancela en error, sino que desemboca en otra cosa, sorprendente y válida.
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Carles Congost (Olot, 1970) siempre ha abordado temas relacionados con la (pre)adolescencia y sus código estéticos, al igual que con otros ritos de transición, los cuales van de la mano del fenómeno fan y la veneración enfermiza hacia ídolos musicales, la propia industria discográfica, la cultura de club o el despertar sexual, en ocasiones confuso.
Para esta nueva intervención en Box 27, Congost toma como punto de partida una canción pop de Baltimora, Tarzan Boy, un hit incontestable en clave italo disco realizado en 1985. El autor la convierte en el núcleo desde el que se va (des)componiendo toda la pieza.
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Partiendo de un proyecto de Lúa Coderch (Perú, 1982, Estrategias para desaparecer, presentado en el Espai Cub de La Capella en cuya web lo definen “…como un movimiento de disolución y de desintegración. Coderch hace girar su propuesta en torno a un teléfono instalado en este espacio que sonará periódicamente y de forma imprevisible [donde quien lo descuelga recibe instrucciones de cómo desaparecer]. De esta manera, se reafirman en su método -por el cual su trabajo se resuelve a menudo en acciones simples- enunciados que declaran una intención más que una solución…”. De esta idea nace esta colectiva, la cual gira en torno a la desaparición en un sentido muy amplio, no sólo en el estricto de esfumarse del entorno cotidiano y empezar una nueva vida por diversas razones y/o necesidades vitales. También está relacionado con la ausencia de otros, a causa de la muerte o la sustracción de materiales en la realización de las propias obras, llegando, en algunos casos, a la invisibilidad de las mismas, pasando totalmente desapercibidas si no se les presta la atención necesaria.
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Hoy, un container a modo de pantalla gigante, llamado ‘A window in Berlin’, desvela un cartel. Este proyecto surge en el 2013 de la mano de los coleccionistas Ángel y Clara Nieto con el objetivo de ofrecer la posibilidad de acceder a video arte iberoamericano. Comenzaron en la histórica Bernauer Strasse, donde se encuentra el memorial del muro de Berlín. Su distrito, conocido como ‘Rojo Wedding’, era uno fuertemente poblado por la clase obrera de principios de siglo XX. Al acontecer la división, debajo de sus pies se construyó el primer túnel de refugiados; esto ocurrió meses después de que se comenzaran a tapiar las ventanas por donde saltaban de un sistema a otro los vecinos.
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